¿Cómo escuchar a los demás cuándo están en crisis?

Es casi una tarea cotidiana encontrarse con alguna persona más o menos cercana, que por un motivo u otro lo está pasando mal. En muchas ocasiones, como “escuchadores”, no sabemos cómo actuar ni que decir al otro que se encuentra angustiado. En la entrada de hoy, quiero daros algunas recomendaciones para ayudaros a recoger mejor los sentimientos de los demás.

  1.  Cuando una persona llega angustiada a nosotros, es importante que para llegar a entenderle, establezcamos un contexto que nos ayude a escucharle activamente. Llévale a un lugar donde podáis hablar tranquilos, sentados, y con un tiempo que sepas que puedes dedicarle a él. Mirad, no sólo midáis el tiempo en cuestiones cronológicas, sino también en escucha activa. Si dispones únicamente de 5 minutos para dedicarle a alguien, asegúrate de que ese tiempo se lo estás dedicando sólo a él (sin interrupciones en el teléfono, sin mirar el reloj, sin pensar en lo que tienes que hacer después).

    “Desgraciadamente, sólo tengo 5 minutos para estar contigo, pero quiero escucharte. Cuéntame cómo te encuentras y a las 17:00 hs, que me quedo libre, quedamos de nuevo”

  2. Practica la escucha activa: No sólo oigas. Escucha. Para escuchar activamente, necesitas prestar atención a todos los elementos que componen el paralenguaje (tono de voz, expresión facial y corporal, postura, gestos…). Si no has comprendido algo, pregunta de nuevo. Estarás transmitiendo interés por lo que te cuenta esa persona.

  3. No juzgues. Todos somos diferentes, nuestra historia es distinta y no pensamos igual. No existen fórmulas mágicas, ni todos los consejos sirven para todo el mundo. Recuerda que estás escuchando, no sentenciando.

  4. Respeta su intimidad. Que tu amigo cuente contigo para desahogarse, no significa que debe contarte todos los detalles de una situación. Si hay algo que quiere guardarse para sí mismo, no preguntes más.

  5. Si lo necesita, déjalo que llore. Es un error decirle a alguien que no llore, que no se ponga así, que parece mentira, que no es un niño… Es SU dolor. No decimos a la gente que deje de reírse cuando está feliz, ¿no es cierto? Pues no digamos que deje de llorar cuando está triste.

  6. El contacto físico ayuda. Los abrazos ayudan. Descargan emocionalmente, desbloquean emociones y demuestran apoyo. Muchas veces no es necesario decir nada, sirve con un abrazo.

  7. Pregúntale en qué le puedes ayudar, cómo necesita que le ayudes. Recuerda que vuestros consejos quizás valgan para vosotros, con vuestras circunstancias de vida y en concordancia con vuestros valores, pero no necesariamente esto sirve para los demás.

  8. Ayúdale a buscar sus propias soluciones. Recuerda el punto 3. Además, cuando nosotros mismos colaboramos en solucionar nuestros propios problemas, automáticamente estaremos más dispuestos a llevarlas a cabo. Para esto, te pueden ayudar preguntasabiertas del tipo: ¿Qué crees que puedes hacer? ¿Has pensado en algo que pueda ayudar a solucionar el problema?

  9. Si se bloquea en el punto 9, podemos ayudarle a desbloquearse con preguntas del tipo ¿Cómo has resuelto anteriormente con éxito otros problemas parecidos?, ¿Cómo te gustaría resolver esta situación?

  10. Termina la interacción con algo positivo, si es posible. Intenta que tu amigo esboce una sonrisa con una anécdota agradable o relajante.

  11. Muestra disposición de ayuda real. Si tienes 2 horas al día, restríngele a esas dos horas disponibles para ti. “Si necesitas hablar, todos los días de 14:00 a 16:00 puedo hablar sin interrupciones. Así podremos hablar tranquilos”

“De mi perro aprendí que cuando alguien ha tenido un mal día, es suficiente con sentarse a su lado en silencio y acompañarle”